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miércoles, 5 de diciembre de 2012

Reflexiones sobre mis prácticas


REVISION DE CONCEPTOS DESDE LA REFLEXIÓN SOBRE MIS PRÁCTICAS, EN TIEMPOS DE CIERRE DE PROCESOS Y EVALUACIONES…

 

Finalizando el año, las instituciones, a partir de sus planes y proyectos realizan el cierre de cada uno de ellos de modos distintos. Algunos se dan en forma de informes estadísticos, descriptivos, analíticos. Otros se concretan en Proyectos Socializadores asumen formas de demostraciones de las producciones realizadas en los distintos PROCESOS que se llevaron a cabo en el año: exposición de trabajos, presentaciones en vivo, presentaciones digitalizadas, en los distintos espacios de tecnología, artes, ciencias naturales, ciencias sociales, etc.

Formar parte de estas instancias desde el rol que nos toque: coordinador, ejecutor, observador participante o público, generan expectativas que movilizan a toda la institución.

Desde donde nos toque participar, es valioso considerar el entramado que se teje en el interior de las instituciones educativas en la preparación y ejecución de estos eventos. El núcleo en cuestión es el modo de trabajar, las relaciones que fluctúan en esos modos. De acuerdo a cómo se encare el trabajo institucional podemos hablar de grupos de trabajo, o de equipos de trabajo. Formar parte de los grupos o equipos de trabajos no es nada simple.

En el primer caso: el de los grupos: sus integrantes se limitan a realizar sus tareas, las que fueron encomendadas por quien coordina el evento, o forman parte de sus propias iniciativas, sin llegar a conformar una mirada en común que guíe los pasos que van dando. Los aportes son válidos, ya que de cierta forma son manos de obra que contribuyen a la efectivización de la propuesta. Para formar parte de los grupos el único requisito es la predisposición a realizar la tarea asignada; por lo general la mayoría debiera tener o solicitar la asignación de una tarea.

En el caso del trabajo en equipo: es el trabajo ideal, ya que habiendo una mirada común puesta en el objetivo de llegada, todas las manos y las ideas se movilizan en función del objetivo; se parte de conversaciones claras, de acciones precisas, de acuerdos, de intervenciones; todos sus integrantes conocen a dónde deben llegar y cómo; cada quien asume su acción según lo acordado, cada quien aporte e interviene en función de esos acuerdos; todos poseen la capacidad de pensarse, verse, plantear e intervenir en función del resto, de manera tal que alguno podrá no estar, ausentarse, pero el resto podrá cubrir ese espacio, ya que todos son una misma mirada, una misma acción central, una misma llegada.

El trabajo en equipo todos tiran de la soga hacia el mismo destino; esto no significa que todo el tiempo exista esta tensión, sino que si hubiera que aflojar o cambiar la estrategia, sería conversado, discutido, analizado entre todos los integrantes del equipo, arribando a nuevos acuerdos. Tensión y afloje son procesos que deben ser asumidos en el equipo; por lo tanto el trabajo en equipo permite la flexibilidad, que se puede dar natural o espontáneamente, o que por el contrario necesita ser analizada y debatida por los integrantes del equipo.

Hablemos de Flexibilidad en los Acuerdos: como todo en la vida, los acuerdos pueden modificarse, lo que no debe hacerse es ignorarlos, desviarlos, dejarlos de lado por otras ideas; eso provoca tensiones innecesarias que pueden dañar o perjudicar la concreción del proyecto; aspectos que pueden ser resueltos con nuevas reuniones o mesas de trabajo; donde se plantee el cambio y se lo defienda con fundamentos; ya que es la lógica de cualquier proceso democrático (el equipo ideal es el que se sustenta en una toma de decisiones en forma democrática). Si el argumento no es lo suficiente sólido, no significa falta de flexibilidad, sino que la idea anterior reúne más fuerzas, que la idea con la que se la pretende reemplazar. Cuándo hablamos de inflexibilidad: cuando existiendo los fundamentos necesarios que demuestran la necesidad del cambio, quien debe asumirlo o decidir, se mantiene en la primera idea, injustificadamente.

Concluyendo: lo ideal es trabajar en equipo, en un trabajo democrático, respetuoso, cuyos integrantes están convencidos del objetivo perseguido y velan con su accionar por la efectivización exitosa del Proyecto. Sumar al equipo, los grupos de trabajo, quienes aportarán su energía y trabajo, bajo la mirada y orientación del equipo coordinador.

La fórmula del éxito: un trabajo en equipo, donde el resultado es alcanzado y logrado por todos. Trabajo: planificado, ejecutado procesualmente, en tiempos y formas flexibilizadas pero concretas, con obtención de resultados constructivos, superadores al punto de partida, en cada uno de sus integrantes.
Lic. Irma Meza

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