REVISION DE CONCEPTOS
DESDE LA REFLEXIÓN SOBRE MIS PRÁCTICAS, EN TIEMPOS DE CIERRE DE PROCESOS Y
EVALUACIONES…
Finalizando el año, las instituciones, a partir
de sus planes y proyectos realizan el cierre de cada uno de ellos de modos
distintos. Algunos se dan en forma de informes estadísticos, descriptivos,
analíticos. Otros se concretan en Proyectos Socializadores asumen formas de
demostraciones de las producciones realizadas en los distintos PROCESOS que se
llevaron a cabo en el año: exposición de trabajos, presentaciones en vivo,
presentaciones digitalizadas, en los distintos espacios de tecnología, artes,
ciencias naturales, ciencias sociales, etc.
Formar parte de estas instancias desde el rol
que nos toque: coordinador, ejecutor, observador participante o público, generan
expectativas que movilizan a toda la institución.
Desde donde nos toque participar, es valioso
considerar el entramado que se teje en el interior de las instituciones
educativas en la preparación y ejecución de estos eventos. El núcleo en
cuestión es el modo de trabajar, las relaciones que fluctúan en esos modos. De
acuerdo a cómo se encare el trabajo institucional podemos hablar de grupos de
trabajo, o de equipos de trabajo. Formar parte de los grupos o equipos de
trabajos no es nada simple.
En el primer caso: el de los grupos: sus integrantes se limitan a
realizar sus tareas, las que fueron encomendadas por quien coordina el evento,
o forman parte de sus propias iniciativas, sin llegar a conformar una mirada en
común que guíe los pasos que van dando. Los aportes son válidos, ya que de
cierta forma son manos de obra que contribuyen a la efectivización de la
propuesta. Para formar parte de los grupos el único requisito es la
predisposición a realizar la tarea asignada; por lo general la mayoría debiera
tener o solicitar la asignación de una tarea.
En el caso del trabajo en equipo: es el trabajo ideal, ya que habiendo una mirada
común puesta en el objetivo de llegada, todas las manos y las ideas se
movilizan en función del objetivo; se parte de conversaciones claras, de
acciones precisas, de acuerdos, de intervenciones; todos sus integrantes
conocen a dónde deben llegar y cómo; cada quien asume su acción según lo
acordado, cada quien aporte e interviene en función de esos acuerdos; todos poseen
la capacidad de pensarse, verse, plantear e intervenir en función del resto, de
manera tal que alguno podrá no estar, ausentarse, pero el resto podrá cubrir
ese espacio, ya que todos son una misma mirada, una misma acción central, una
misma llegada.
El trabajo en equipo todos tiran de la soga
hacia el mismo destino; esto no significa que todo el tiempo exista esta
tensión, sino que si hubiera que aflojar o cambiar la estrategia, sería
conversado, discutido, analizado entre todos los integrantes del equipo, arribando
a nuevos acuerdos. Tensión y afloje
son procesos que deben ser asumidos en el equipo; por lo tanto el trabajo en
equipo permite la flexibilidad, que se puede dar natural o espontáneamente, o
que por el contrario necesita ser analizada y debatida por los integrantes del
equipo.
Hablemos de Flexibilidad en los Acuerdos: como todo en la vida, los acuerdos
pueden modificarse, lo que no debe hacerse es ignorarlos, desviarlos, dejarlos
de lado por otras ideas; eso provoca tensiones innecesarias que pueden dañar o
perjudicar la concreción del proyecto; aspectos que pueden ser resueltos con
nuevas reuniones o mesas de trabajo; donde se plantee el cambio y se lo
defienda con fundamentos; ya que es la lógica de cualquier proceso democrático
(el equipo ideal es el que se sustenta en una toma de decisiones en forma
democrática). Si el argumento no es lo suficiente sólido, no significa falta de
flexibilidad, sino que la idea anterior reúne más fuerzas, que la idea con la
que se la pretende reemplazar. Cuándo
hablamos de inflexibilidad: cuando existiendo los fundamentos necesarios
que demuestran la necesidad del cambio, quien debe asumirlo o decidir, se
mantiene en la primera idea, injustificadamente.
Concluyendo: lo ideal es trabajar en equipo, en un trabajo
democrático, respetuoso, cuyos integrantes están convencidos del objetivo
perseguido y velan con su accionar por la efectivización exitosa del Proyecto.
Sumar al equipo, los grupos de trabajo, quienes aportarán su energía y trabajo,
bajo la mirada y orientación del equipo coordinador.
La fórmula del éxito: un trabajo en equipo, donde el resultado es
alcanzado y logrado por todos. Trabajo:
planificado, ejecutado procesualmente, en tiempos y formas flexibilizadas pero
concretas, con obtención de resultados constructivos, superadores al punto de
partida, en cada uno de sus integrantes.
Lic. Irma Meza
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