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domingo, 17 de junio de 2012

Animación a la lectura de cuentos


2-Escuchamos un cuento: en esta ocasión tendrá que haber un narrador. Por lo general el docente.

Seleccionar una historia que posea buenas descripciones de sus personajes y del ambiente donde se desarrollan las principales acciones; como así también que la trama sea movilizante, de manera tal que permita la expresión, la confrontación, su análisis.
Cuando hablo de análisis, reflexión sobre lo leído, es porque es necesario que luego de un tiempo donde se ha leído a solas, incorporando historias, realizando procesos personales, individuales; el niño está preparado y necesita además compartir sus experiencias lectoras. No se trata de un análisis enciclopédico, ni técnico literario; se trata de un intercambio de vivencias del lector con su obra; de sus construcciones mentales a partir de lo leído. El narrador interviene para ordenar, para aclarar, para en el último de los casos hacer de puente si el lector está intentando llegar a la otra orilla, la del texto en cuestión.
Una vez que los niños se han acomodado, respiramos profundo, largamos suavemente el aire, y escuchamos atentos la narración.
Inmediatamente analizar los episodios y sus acciones, reconstruyendo cronológicamente la historia. Es una forma de ordenarlos mentalmente. Analizar causas y consecuencias de cada episodio, de manera tal de ir construyendo la secuencia narrativa del cuento. De esta forma también se ejercita la evocación mental (memoria y retrospección).
En un segundo momento se analizan entre todos las características físicas y actitudinales de los personajes, si existen posibilidades de analizar valores, se hace buscando comportamientos y sus antítesis, de los personajes en la misma historia o fuera de ella, permitiendo al niño identificarse con algunos de ellos. Debe ser una conversación amena, sin temores, con cordialidad, aceptando diferencias, razonando sobre las causas y las consecuencias de algunas conductas, sin rótulos, discriminación o censura. Es como abrir un abanico de posibilidades, y cada quien se apropia según su decisión.
Lo mismo con el análisis de los ambientes: describirlos según se presentó en la narración, agregar los elementos imaginados (no descriptos en el texto) enriqueciendo los espacios; cambiar elementos de los espacios y justificar los cambios. Relacionar con ambientes sanos, higiénicos para el niño, la familia, el medio ambiente, el planeta.
Lic. Irma Meza

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